El amado y a veces odiado cinturón de castidad, un complemento muy atractivo para todo sumiso que tenga un poco de locura y mucho de entrega. Desde el primer momento, llevar un CB es ser consciente a cada instante de tu condición de esclavo. A medida que pasa el tiempo, el deseo de complacer y servir aumenta. Lo malo del asunto es que te alegres demasiado, y tu pajarito quiera salir a volar. Por otra parte, es difícil a renunciar así como así a la libertad física. Llevar un cinturón depende mucho, muchísimo, del cuidado de la parte mental que se haga. Tanto por el lado del sumiso como por el del dominante.
Rubita tetona madurita. La portada de mañana. Los nervios se disparan en la fase final de las negociaciones del Brexit. Opinión - Ustedes que pueden, no celebren la Navidad, por Neus Tomàs. Humor Otras viñetas. Volver a la Edición Actual. Los tres grandes errores de Michel por los que tiene que dimitir.
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